Estamos en verano y la mayoría de la gente se decide a instalar un toldo ahora, cuando el sol aprieta de verdad y suben mucho las temperaturas. Sin embargo, existe múltiples razones por las que cualquier época del año es buena para tener toldo. Esta semana, te las contamos:
En verano como ya hemos mencionado en otras ocasiones, hace mucho calor y si extendemos el toldo aportaremos sombra al hogar y conseguiremos que las temperaturas bajen unos cuantos grados. Esto hace que disminuya el consumo de aire acondicionado y, en consecuencia, consigamos ahorro económico.
Pero el sol no entiende de estaciones del año y en las épocas más frías también habrá luz (aunque los rayos calienten menos). Esta luz excesiva, según qué hora del día, puede resultar incómoda para ver la televisión, pues puede suponer, por ejemplo, molestos reflejos.
También puede ocurrir que nos queramos echar una siesta en momentos en los que sigue el sol sigue brillando. Con la llegada de la primavera, las temperaturas suaves y los días más largos, todos empezamos a darle más importancia a los espacios abiertos en nuestros hogares o residencias, ya sean porches, terrazas, balcones, etc. Los toldos harán la estancia mucho más cómoda para disfrutar de una buena cabezadita.
Tampoco hay que olvidar que los toldos aportan siempre calidez y buen gusto a los espacios que les rodean, y sobre todo el ahorro energético que representan. Tanto en verano como en invierno, su instalación y uso correcto hace que sea un elemento que colabora en la minimización de los gastos energéticos de la vivienda.
Por otro lado, no hay que olvidar que un buen toldo es una gran manera de aprovechar tu terraza en invierno, una pérgola o un cerramiento, son algunas de las alternativas de las que dispones para adecuar tu patio o terraza.
Por todo ello, sea verano, otoño, primavera o invierno, el toldo es sinónimo de comodidad y bienestar.